El hormigón prefabricado nace del mundo de la ingeniería, de la tecnología constructiva de puentes y encuentra rápidamente aplicación en la resolución de los mayores vanos de la edificación, las cubiertas. Es así como este producto industrial comienza su imparable carrera, hasta llegar en la actualidad a cubrir las necesidades de una construcción moderna, que requiere una combinación de versatilidad, diseño, rapidez, y por encima de todo, calidad y durabilidad.
Las propiedades intrínsecas del hormigón:
- Flexibilidad en el diseño.
- Control de costes y plazos.
- Exhaustivo control de calidad.
- Rapidez de ejecución y montaje.
- Durabilidad.
- Resistencia al fuego.
- Aislamiento acústico.
- Seguridad en obra.
- Reducción de oficios.
- Inexistencia de escombros.